sábado, 11 de noviembre de 2017

conversas.com
Lino Padín Outón
Bodeguero del caíño D'Arvelos

Tercera y última entrega sobre los tinto de la D.O. Rías Baixas. Cuando empiezan a irrumpir con fuerza en el mercado estos tintos y 26 bodegas de la D.O. apuestan ya por unos caldos a los que los expertos conceden enorme potencial, son pocos los que se acuerdan en Luis Padín, un bodeguero de Castrelo que, afincado en el barrio de Piñeiros en Vilalonga (Sanxenxo), fue el auténtico pionero de los tintos Rías Baixas, con un caíño que él embotellaba ya a mediados de los 90 bajo su sello “D’Arvelos” al amparo de la D.O. Los defendió a capa y espada cuando en aquellos años se vivía la fiebre de la plantación de albariño, y se talaban por doquier cepas centenarias de caíño y espadeiro. Fallecido en 2012 su hijo Lino Padín continúa la saga de una bodega familiar cuyo caíño sigue siendo su bandera.



"MI PADRE SE PRESENTÓ A LA FIESTA DEL 

ALBARIÑO VENDIENDO SU CAÍÑO"


Lino Padín con su D'Arvelos
Cuando muchos se están subiendo hoy al carro de los tintos Rías Baixas, ¿siente que su padre, en los 90 un predicador en el desierto, es hoy un gran olvidado?
En buena parte sí, es cierto. Mi padre comenzó a elaborar su tinto caíño amparado en la D.O., a  mediados de los años 90, él fue el primero cuando no lo hacía nadie. Todavía conservo en casa botellas de la añada de 1997.
Contaba en cierta ocasión que parte de la culpa de apostar por el caíño la tuvo su madre.
Sí, tuvo una movida con su madre Aurelia que le reprendió cuando cortó unas cepas de caíño para plantar albariño. Y desde aquella, contaba, no cortó una cepa de tinto, y se decidió por elaborar el caíño dentro de la D.O.
¿Le tiraba mucha gente para atrás en su apuesta por el tinto?
Muchísima. Lo tildaron durante años de loco, de chalado, o se reían de él cuando todo el mundo cortaba el tinto, incluso cepas centenarias, para plantar albariño, que era el futuro. Pero mi padre, a inicios de los 90, cuando el tinto de la D.O. estaba ahí abajo, porque todo era la fiebre del albariño, peleó lo indecible y muchísimo contracorriente para defender el tinto, porque él estaba convencido de su potencial, el caíño era su bandera.
¿Tuvo dificultades para pasar las catas cuando el suyo era el único tinto de la D.O.?
No lo sé con precisión, pero alguna dificultad sí tenía referido.

La nueva imagen de la botella
De hecho él acudió a las primeras ediciones del Encontro co Viño de Autor en Meaño con su tinto.
Y no sólo al Encontro co Viño de Autor, sino que mi padre, allá por el año 2004, se plantó en una Festa do Albariño en Cambados, con un stand compartido con otro bodeguero de Vilalonga, y vendía en el Paseo da Calzada su caíño en plena Festa del Albariño.
¿De donde procede el nombre de D’Arvelos?
Es el nombre de una excelente parcela que tenemos en Castrelo.
¿Sigue siendo el caíño tinto el emblema de su bodega?
Sí, como en vida de mi padre. De hecho el 60 por ciento de nuestra producción es caíño tinto, sólo el 40 es albariño.
¿Dónde tiene sus parcelas?
En Castrelo y e Vilalonga. Están en plena costa, mismo aquí en Vilalonga tengo un viñedo que linda justo con el mar… estos sí son lo que se llaman literalmente “tintos del mar”.
¿Algún secreto para el laboreo?
Nunca utilizo herbicidas, ni cavo las viñas y sólo les corto la hierba. Además no las he abonado nunca, mantengo los terrenos pobres, es bueno para la calidad.
Algunos defienden, precisamente para la calidad, que en este tipo de variedad tinto es recomendable una poda en verde que limite la producción.
Son teorías que yo no me creo. En mis viñedos nunca lo he hecho, si acaso, cuando deshojo la viña en agosto, sí corto algunos racimos cativos que no han desarrollado.

Lino Padín bajo una de sus viñas de caíño a pie del mar
¿Piensa en ampliar la producción de tinto?
Con el caíño, que es la superficie que cultivaba en vida mi padre, voy servido, pero sí tengo ganas de plantar una parcela para elaborar un espadeiro.
¿El tinto se lo quitan de las manos?
Está muy demandado, es cierto. Mismo cuando me hago cargo de la bodega en 2012, que es cuando fallece mi padre, y con la crisis económica golpeando muy duro y después de una cosecha enorme que fue la de 2011, el tinto fue lo que mantuvo la bodega en ventas.
¿Dónde vende su caíño?
El 70 por ciento en Galicia, en buena restauración vinotecas
¿Y a qué precios se mueve en relación con el albariño?
Son vinos que están muy demandados y se mueven en precios medio-altos, esto es, equivalente a los albariños más preciados del mercado.
¿El que se sumen más bodegas al tinto Rías Baixas es bueno también para sus ventas?
Sí, porque contribuye a darlos conocer más, ya no sólo es mi padre predicando en el desierto, defendiendo el tinto a capa y espada. Y, cuando un amante de los tintos, prueba un caíño o un espadeiro Rías Baixas, ten por seguro que lo conquista, porque es un vino muy diferente a todo lo resto que haya probado en su vida.
Si su padre levantara la cabeza y viera el tirón que empieza a dar el tinto Rías Baixas…
Se mostraría tremendamente satisfecho de ver cuánta razón tenía, y lamento que no pueda verlo. Y hace 20 años mi padre preconizaba que, cuando varias bodegas se subieran al carro del tinto Rías Baixas, iban darle un vuelco a toda la concepción de la D.O.

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