domingo, 2 de julio de 2017

El verano siempre es estación propicia para experiencias. En esta ocasión abrimos nuestro particular Ventanuco a la de hospedarse en alojamientos peculiares o habitar en viviendas singulares. La comarca saliniense ofrece al visitante opciones únicas para una experiencia de los sentidos. Desde vivir en un viejo molino de río a poder dormir en un palomar o, si el visitante lo prefiere, hacerlo dentro de un hórreo o, más insólito aún, dentro de una botella de albariño. Todo cuenta con tal de diferenciarse en pro de una vivencia única que el turista foráneo demanda de forma creciente. Este reportaje pretende ser un guía para no perderse en este tipo de alojamientos en la comarca.

UNA NUEVA EXPERIENCIA PARA DORMIR 

José Luis Vilanova ante el palomar habitación de su proyecto Novavila. Foto: I. Abella
Si lo que usted quiere este verna es disfrutar de una auténtica experiencia para los sentidos y con un equipamiento de primera, su opción es desplazarse al lugar de Arcos, en San Tomé de Nogueira (Meis), donde podrá hospedarse en un palomar, a buen seguro, inolvidable. Se trata de una alternativa que ofrece el proyecto de enoturismo Novavila que lidera José Luis Vilanova. “Cuando echamos mano de la finca familiar -explica su promotor- y recuperamos la vieja casona de la abuela, que databa de 1775, nos encontramos con la dificultad de domar una finca irregular y muy escalonada, por lo que, para resolver una parte compleja en extremo, los técnicos se decantaron por habilitar esta construcción circular, exenta, con escalera de caracol, a modo de palomar”. La habitación cuenta con su chimenea, suelo radiante, baño con ducha, mini-bar y un equipamiento de diseño adaptado todo él al espacio singular de la estancia.


Interior del la habitación-palomar de Novavila. Foto: Iñaki Abella

“Para nosotros -explica José Luis Vilanova- el equipamiento tenía que ser la seña de identidad, con materiales de primerísima calidad y piezas de diseñadores reconocidos, en aras a un confort pleno”. Esto explica en buena medida su precio, por cuanto pasar una noche en este singular palomar tiene un coste de 175 euros, desayuno incluido. Pero ello no es impedimento para que sea la habitación más demandada del complejo, elegida por muchas parejas para su noche de bodas, y que ha contado hasta la fecha con huéspedes australianos, argentinos, angoleños y, mismo hace unos días, con una pareja de libaneses que realizaban el camino de Santiago en su variante portuguesa.

Mónica Novas y su pareja posan delante de la botella-habitación de MadeinFofán
Pero si su pasión es el vino puede decantarse por la singular botella-habitación que ofrece el sello “MadeinFofán”, una vieja botella-barco, frustrada en su día, y que hace unos meses rescataba del olvido en Vilanova, Mónica Novas, para su proyecto de turismo rural en Meis. Anclada en la era de su casa rural y pintado el exterior por la coruñesa Paula Fraile, la botella ofrece, en un interior diáfano y luminoso, una habitación con sala de estar, reconvertible en estancia de catas. El singular hospedaje lo estrenaba hace unos días una pareja colombiana, y su demanda está desbordando todas las previsiones. “En apenas unos días -comenta Mónica Novas- hemos completado una decena de reservas, tanto que contamos ya con reservas para la fiesta del albariño”.


AInterior de la  habitación en hórreo de MadeinFofán
No es la única opción curiosa que ofrece este sello, por cuanto los que recelen del vino pueden optar por hospedarse en un viejo hórreo, antiguo almacén de maíz, reconvertido en habitación. “Cuando compramos la casa hace 14 años -explica Mónica Novas-, el hórreo empezó haciendo las veces de almacén de patatas, secadero de ropa y trastero de bricolaje. Al final, como tenía menos de 100 años, pudimos tocarlo y reconvertirlo en habitación”. Con su interior lacado en blanco para crear sensación de amplitud, alberga una cama de plaza y media, más mesita, dispueto todo suelo de parqué. Un claro de la duela fue sustituido en su cara de poniente por una pared acristalada que permite disfrutar desde el interior de la puesta de sol.


Interior de la botella-habitación de MadeinFofán
Esta habitación la estrenaba en Semana Santa una pareja de belgas que supieron de ellas por la red. “Desde entonces -comenta Mónica Novas- está teniendo mucha demanda: en él se han hospedado, sobre todo, extranjeros, desde australianos a ingleses pasando por suizos o alemanes… tanto parejas de heterosexuales como homosexuales de ambos sexos”.
El inconveniente de hórreo y botella es que, por cuestión de espacio, disponen de baño en el exterior. A favor, el precio, por cuanto alojarse en uno u otra tiene un coste de entre 54 y 56 euros, según el portal de internet desde el que se opere, precio que incluye botella de albariño a modo de bienvenida, más desayuno con pan artesano, mermeladas ecológicas y frutas de la huerta, todo ello elaborado en la propia finca de “MadeinFofán”.

Jesús Sueiro ante su hórreo-biblioteca en Xil
Con fines de realización personal hay quien ha sacado otros partidos de sus hórreos. Tal es el caso Jesús Sueiro que, a sus 76 años, ha reconvertido el suyo de Xil en rincón de lectura y biblioteca. “Estaba semi derruido cuando adquirimos la casa en 2004 -explica- y lo rehabilitamos hace diez años con el objetivo de darle uso como lugar de confort en el que poder relajarme leyendo o escribiendo”. De hecho, desde su interior, que alberga, entre otros enseres, una vieja máquina de escribir Underwood de hace casi un siglo y una fotografía del club de fútbol Portonovo de la temporada 1949-50, Jesús Sueiro, apasionado del mar y de la navegación, ha concebido algunas de las páginas de dos libros por él publicados, “Cartas desde mi piorno” y “Capitán Tajamar”.
En el linde ya con Sanxenxo, otro vecino se afana reconvertir su hórreo en un pequeño apartamento, con sofá cama, aseo y pequeña sala de estar. “No es para hospedaje -aclara- lo hago por pasión personal y por buscarle un uso a la construcción”. En su caso el hórreo, todo él en piedra -incluida la duela-, lo adquirió en Almonfrei en los 80 “y me costó 200.000 pesetas, lástima que en traslado el transportista hizo un desenclavo y me rompió varias piezas”.

Muiño dos Pasales, reconvertido en vivienda por Antonio Rial
Otras de las construcciones tradicionales en Galicia son los viejos molinos de río, primero olvidados y recuperados de un tiempo a esta parte. Dormir en uno puede resultar una experiencia evocadora. Para el meañés Antonio Rial es su vida, no en vano el molino de Os Pasales en Dena es su casa desde hace 25 años. Se trata de un viejo molino-vivienda que que ya en el siglo XVIII recoge el catastro del marqués de la Ensenada. “El antiguo propietario -explica Rial- se lo cedió a mis padres que vinieron a vivir en él en 1949. Aquí nací yo más seis de mis hermanos, y en él crecimos hasta 1961. Luego, cuando regresé de la emigración en 1984, decidí echar mano de él, ampliarlo y acondicionarlo en la vivienda que es hoy”. Dentro dispone de cocina-comedor, habitación, sala de estar con cama supletoria y un salón en la planta baja. “Vivir aquí -afirma-para mí es muy cómodo. ¿La humedad del río?, con una buena calefacción y un deshumidificador, apenas se nota”.
Reconoce que nunca barajó la posibilidad de alquilarlo: “sí que viene gente pensando que es un local de vinos, e incluso me han llegado ofertas… pero no se me pasa por la cabeza, para mí esto es mi vida”.  

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