sábado, 1 de abril de 2017

La psila africana sigue avanzando por Galicia y se ha convertido en una plaga que afecta ya a la mayoría de cítricos en la comarca arousana y, por extensión, del resto de la comunidad. Ello motiva que la venta de limoneros, naranjos o mandarinos, entre otras especies, estén prohibidas en Galicia desde 2015 y todo parece indicar que la cuarentena se mantendrá en los próximos años. Técnicos y dueños de tiendas agrarias explica en este reportaje el momento de la plaga.

LA PLAGA DE LOS CÍTRICOS DE O SALNÉS

Victorino Durán muestra un limonero afectado por la psila africana
“Aunque la plaga es ya de conocimiento público siempre queda algún despistado que viene por tienda a comprar un limonero o un naranjo y que se sorprende cuando le explicamos que no está autorizada su venta”. Quien así habla es Roberto Crespo, que regenta de una tienda agraria en pleno centro de Meaño. “Lo que sí es el pan nuestro de cada día -agrega- es el cliente que se pasa a preguntar si se ha levantado la cuarentena o si sabemos cuándo acabará”. Sobre esto último José Outón, propietario de un vivero en Barrantes, apunta que va para largo: “La información que barajamos es que las directrices europeas en este tipo de cuarentenas no bajan de los cinco años, por lo que aún nos queda un tiempo para que las autoridades valoren de nuevo la situación, si ello es cierto llegaríamos, pues, hasta 2020”. 
¿Puede acabar la psila africana con la producción de cítricos en el NO peninsular? Pedro Mansilla, jefe del servicio de la Estación Fitopatológica do Areeiro, lo explica: “en realidad la psila africana es un insecto chupador, de los muchos que tenemos en nuestra zona y, como tal, no mata el árbol”. “Lo que sí nos pone en alerta -continúa- es que puede transmitir una bacteria, que es la HLB (Huanglongbing) que sí resulta letal para la madera. Pero, de momento, esa bacteria no la hemos detectado todavía en Galicia, no sabemos si llegará o no un día, mas la presencia de la psila dispara la preocupación sobre ello”. Cierto que, aunque psila no mata el cítrico, sí puede generar su debilitamiento y, en consecuencia la disminución de la cantidad y la calidad de su producción cuyo fruto, eso sí, es perfectamente apto para el consumo.

Síntomas de la plaga en las joas de un limonero meañés
Síntomas y tratamientos
La psila africana se manifiesta en las hojas de los cítricos a través de unos rasgos muy característicos que provoca distorsiones, atrofias, formación de agallas y verrugas, las cuales se aprecian mejor en los brotes jóvenes, y que acaban causando la pérdida del color verde de las hojas que adoptan en su lugar un tono amarillento. Cuando se detecta la recomendación técnica es, primero, cortar los brotes y las hojas afectadas “y, lo mejor, -precisa Pedro Mansilla-,  sería quemarlos luego, a fin de evitar la propagación del insecto desde el suelo”. Lo siguiente sería la aplicación de un insecticida, si bien la práctica tiene su inconveniente: “En este momento -precisa el jefe de servicio del Areeiro- la única materia activa autorizada para su tratamiento es el tiametoxan, un insecticida sistémico, pero únicamente podemos aplicarlo dos veces en el año, de lo contrario corremos el riesgo de que aparezcan problemas de resistencia”.

Huevas del insecto de la psila
Roberto Crespo, desde su tienda agraria en Meaño, apunta la mezcla de tiametoxan con imidacloprid, un insecticida diseñado a partir de la nicotina “con el objeto precisamente de ir paliando la situación y reducir esos riesgos de resistencia”. Dada la limitación de tratamientos José Outón recomienda a sus clientes aplicarlos como mejor época en primavera cuando el árbol está brotando.
Estado ninfal del insecto
Mientras en Dena, Victorino Durán, que regenta su tienda agraria en plena Rúa da Chanca, precisa que, en su caso, está apostando por un insecticida ecológico para controlar el insecto: “se trata de un producto que se obtiene a partir de extracto de aceites vegetales y que se comercializa como myzzus, indicado para el tratamiento de insectos chupadores”. “Presenta la ventaja -añade- que se puede aplicar con cierta periodicidad, sin ser tan sensible a resistencias, pero es que, además, no deja residuos, por lo que carece del plazo de seguridad y el cítrico se puede consumir sin problema, mientras que si aplicamos otros insecticidas al uso no debemos consumir el fruto hasta pasados 20 días del tratamiento”. “En mi caso -añade-  lo estuve probando con mi hermano en una plantación de medio centenar de limoneros que él tiene muy afectados en Meaño y el insecto estuvo controlado, pero lo que ocurre es que, cuando dejas de aplicarlo con periodicidad el insecto vuelve por efecto contagio de otros cítricos de las cercanías”. 

Acción coordinada
Ninfa en proceso de conversión en insecto
Alevín de psila. Secuencia fotográfica del
microscopia de Victorino Durán
Esto nos lleva al dilema de la falta de una actuación coordinada en el tiempo contra la plaga. Técnicos y dueños de agrarias coinciden en esta necesidad, pero lamentan la falta de directrices para concienciar y coordinar a los agricultores. “Aquí es -afirma Pedro Mansilla- donde se echa en falta la figura del agente de extensión agraria que existía antes, y que actuaba como intermediario entre la investigación, que somos nosotros, y el agricultor o vecino que, en este caso, tiene su limonero o naranjo en la era de casa, cuando no una pequeña plantación en finca”. “Pero nosotros -añade- no podemos hacer ese papel desde la Estación de Areeiro, a lo sumo sí facilitamos información a través de nuestros boletines, pero sin llegar a ese contacto directo con el vecino que sí mantenían antes los agentes”.
“Ante la ausencia de de la figura de ese técnico -lamenta Roberto Crespo- somos nosotros desde las tiendas agrarias los que estamos cumpliendo el papel de informar y orientar al agricultor, pero no podemos hacerlo con los conocimientos técnicos sí tendría un podría ofrecer el un agente de campo”.
Eso sí, las partes consultadas entienden que, quizás, las administraciones no están echando el resto en intentar acabar con la plaga “en buena parte porque esta no es una zona productora de cítricos, otra cosa sería que ocurriera en Valencia o Murcia”. “Precisamente uno de los motivos de la cuarentena -afirma a este respecto Pedro Mansilla- es la preocupación por controlar la enfermedad en el noroeste peninsular evitando que que se expanda llegando a la costa levantina”. Una región ésta a donde la enfermedad no ha hecho aparición: “para nada -apunta un vendedor murciano que ofrece sus naranjas a pie de arcén en una de las carreteras salinienses-, he hecho es la primera vez que he oído hablar de esta enfermedad, que sí me he fijado afecta aquí a las hojas de los limoneros”.

Portugal
Hojas de cítrico afectada por la psila
Pese a la cuarentena vigente, algunos se las ingenian para adquirir un cítrico y para ello cruzan la frontera y se desplazan a Portugal. Los propietarios de viveros se quejan de la situación “porque nosotros aquí perdemos dinero y el paisano compra sin pudor su limonero o naranjo en Valença e incluso alguno en la feria en Padrón” apunta Victorino Durán. Pedro Mansilla advierte de la prohibición y del riesgo que ello supone: “Lo único que estamos contribuyendo es a extender la enfermedad, porque precisamente en Portugal también ya existe y esos cítricos pueden venir infectados, y un cítrico para aquí en sancionable”. “Pero es nuestra mentalidad -lamenta-, no nos imaginamos a un ciudadano norteamericano o australiano recurriendo a una argucia de este calibre, no sólo por ética sino por el enorme sanción que podría acarrearle”. La otra alternativa por la el pequeño agricultor opta en la era de su casa es por el injerto y por enraizar una rama de un limonero propio para al cabo de unos años obtener de ella un árbol nuevo. Todo con tal de seguir teniendo limones propios.


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