domingo, 31 de diciembre de 2017

conversas.com
Javier Viñas Torres
Panadero de Dena

Desea usted pan artesano fresco en día de Año Nuevo en su mesa? En Dena es posible. Contadísimas son las panaderías que desafían la Nochebuena y Nochevieja para seguir cociendo a pie de horno para ofrecer pan artesano fresco en Navidad y también mañana lunes, día de Año Nuevo. La suya en el centro de Dena es una panadería en la que este meañés cuece desde hace cuatro décadas los 365 días del año, lo que se ha convertido ya en tradición. Amén del pan, sus empanadas artesanas son también de lo más preciado  La suya es una profesión que inició a los 12 años trabajando con su padre en la panadería familiar. Ahora, próxima a la jubilación piensa que la actividad de la panadería familiar seguirá de la mano de algunos de sus cinco hijos.

“EN DÍA DE AÑO NUEVO ME VIENEN CLIENTES  DE OTROS CONCELLOS A POR PAN FRESCO”

Javier Viñas con una de sus preciadas empanadas
Su panadería cuece pan artesano los 365 días del año.
Así es, y desde hace 40 años.
O sea que mañana, día de Año Nuevo, usted ofrece pan artesano  fresco del día.
Sí, y el día de Navidad, también. La única novedad es que en estos dos días no hago reparto, sólo lo dispenso en tienda.
¿Y qué le dice su familia?
No me dicen nada, es ya una tradición, bajo como cualquier noche y trabajo con ayuda de mi mujer y algún hijo.
¿Mismo después de la uvas?
Sí, nos tomamos las uvas en casa, aquí al lado, y bajamos luego para el horno al filo de la tres o cuatro de la madrugada.
¿Tiene más clientes en día de Navidad o Año Nuevo que en otras jornadas o festivos?
Sí, viene gente hasta de Cambados, O Grove o Sanxenxo, que no son clientes habituales, y que se desplazan a Dena a propósito para comprar aquí pan fresco del día en Navidad y Año Nuevo.
¿Y lo vende al mismo precio?
Al mismo precio que el resto del año.
Y en esos 40 años, ¿cociendo los 365 días del año sin fallar un solo día?
Cierto, sólo fallé uno y fue la noche en que murió mi madre, a las 4 de la madrugada del día 26 de diciembre del año 2004, entonces sí paré el horno.
Antes muchas panaderías no cocían para el domingo, pero usted lo hizo siempre.
Sí, y llegué a tener incluso un cliente que regentaba un restaurante en Pontevedra y que venía todos los domingos a Dena a comprarme él solo más de cien barras.
¿El pan subirá con el año nuevo?
En principio no creo.

Nuestro protagonista en pleno trabado en su horno de Dena
¿Cuándo se inició usted en la profesión?
Con doce años en la panadería que tenía aquí mi padre, Juan Viñas. El suyo era un horno de piedra que elaboraba auténtico pan artesano en cocción tan lenta que aquello era pura galleta del sabor que tenía. Cada vez que se metían dos o tres hornadas el horno enfriaba y había que volver a barrerlo y calentarlo otra vez para cocer las siguientes. Era un trabajo arduo.
Hoy ya no lo tiene horno de piedra.
No. Cuando asumí yo la panadería puse un horno de chapa, que es el que tengo, y que puede funcionar a leña o gasoil. Cuece 144 bollas por hornada. Yo no empleo el gasoil, utilizo la leña, da más trabajo, pero es más económico y más ecológico.
¿Ha sufrido mucho la competencia de los supermercados y grandes superficie?
Muchísimo. Son varias las panaderías de la comarca que han tenido que cerrar por la competencia de la masa congelada de los supermercados. Yo mismo reconozco que desde que irrumpió el pan de las grandes superficies cuezo el 50 por ciento menos.
¿Y en qué se diferencia el pan artesano del de las grandes superficies?
En los aditivos que ellos les añaden, y en que los panaderos hacemos una fermentación más lenta por lo que obtenemos un pan más sabroso y de mejor calidad.

Javier Viñas ofrece pan fresco los 365 días del año
¿No usa aditivos?
El pan es harina, agua, levadura y sal. Cierto que toda harina de pan viene ya con algunos aditivos, pero en panadería no añadimos absolutamente nada.
Y el pan moreno de muchas panaderías ¿es centeno o malta?
Hay quien usa malta, que es un colorante que sale muy económico y con el que debes tener mucho cuidado, porque a poco que te pases te pone el pan negro. A mí me lo ofrecieron muchas veces, incluso llegué a probarlo, pero lo rechacé de cuajo, para mí no valía y seguí trabajando con el centeno.
¿Cuál es el secreto de un buen pan artesano?
Un pan artesano cien por cien no se hace ya en panaderías, porque el auténtico pan artesano precisa de una hora de fermentando en artesa o amasadora. Luego, cuando se pesa, necesita de una hora añadida más de fermentación, y después un horno muy lento. Y eso no lo puede hacer nadie porque estaría uno toda la noche y no sería capaz de sacar el pan que necesita. Nosotros, lo que hacemos es aproximarnos a ese proceso en tiempo, sobre todo en la cocción lenta del pan. Además el pan artesano auténtico debería hacerse en horno de piedra o ladrillo, como se hacía antes, hornos que hoy no existen ya en las panaderías.
¿El pan menos cocido o más?
Es para gustos, pero el más pan sabroso es el que está algo más tostado. En cambio, hay quien prefiere el menos cocido.

Viñas comenzó trabajando como panadero a los 12 años
¿Por qué el pan de bolla resulta más sabroso que el de barra?
Porque la masa de la barra se hace más a máquina, mientras que la de la bolla se elabora a mano y se le da luego más reposo. Todo eso lo agradece luego el pan y se traduce en textura y sabor.
¿En la noche del panadero la compañía es la radio?
No, aquí no ponemos radio, somos dos o tres trabajando y tenemos que estar dedicados y concentrados de lleno para que el pan esté a punto en cada madrugada.
Con 65 años está a las puertas de la jubilación…
A las puertas, porque no me jubilaré hasta los 66 que será cuando me den la pensión completa.
¿Y sus hijos continuarán con el negocio?
Pienso que sí, entre los cinco alguno se animará.

sábado, 23 de diciembre de 2017


Felicitación de Nadal

Nestas datas que, entre todos, adoitamos facer tan especiais, abrimos o noso particular Ventanuco para desexar a todos os lectores un Bo Nadal e un mellor Ano 2018, desexando, co pretexto de Meaño, poder seguir atopándonos aquí un ano máis e aumentando se cabe máis a familia de meañesa que segue a medrar polo mundo en torno a este VentanucoO noso agradecemento ás máis de 130.000 visitas recibidas neste tempo de 69 países, aos cales saudamos desde esta listaxe. Con tal motivo queremos facervos chegar a nosa felicitación que foi creada na víspera de Noiteboa  por dúas meañesas de 9 e 4 aniños para compartir con todos, deste e do outro lado do océano: BO NADAL!


Sara&Laura, 23 de Nadal de 2017
1.        China
2.        Nixeria
3.        Chile
4.        Uruguai
5.        Bélxica
6.        Suiza
7.        Italia
8.        Austria
9.        Alemaña
10.     Arxentina
11.     Estados Unidos
12.     Rusia
13.     Reino Unido
14.     Países Baixos
15.     Finlandia
16.     México
17.     Nicaragua
18.     Francia
19.     Colombia
20.     Corea do Sur
21.     Ucrania
22.     Estonia
23.     Letonia
24.     Andorra
25.     República Dominicana
26.     Suecia
27.     Dinamarca
28.     Canadá
29.     Xapón
30.     Singapur                                                                  
31.     Brasil
32.     India
33.     Taiwam                                                              Merry Christmas
34.     Ecuador
35.     Hungría
36.     Portugal
37.     Turquía                                                                       圣诞快乐
38.     Guatemala
39.     Lituania
40.     Perú
41.     Polonia                                                                     Joyeux Noël
42.     Grecia
43.     Eslovenia
44.     Romanía
45.     Ecuador
46.     Venezuela                                    С Рождеством Христовым
47.     Eslovaquia
48.     Chile
49.     Hong-Kong
50.     Costa Rica
51.     Líbano
52.     Indonesia                                                   عيد ميلاد سعيد
53.     Kenia
54.     Etiopía
55.     Bulgaria
56.     Benín
57.     República Checa
58.     Noruega                                                            Feliz Natal
59.     Irlanda
60.     Marrocos
61.     Emiratos Árabes
62.     Colombia
63.     Argelia
64.     Islas Mauricio                                                   Feliz Navidad
65.     Malta                                                                     
66.     Iemen
67.     Filipinas
68.     Egipto

69.     Trinidad y Tobago

domingo, 17 de diciembre de 2017

Galicia ofrece a lo largo y ancho de su geografía un abanico de topónimos exóticos que pueden provocar la hilaridad del más pintado. Desde La Picha en Friol -topónimo que, en realidad, proviene del “picho”, o tubería por la mana la fuente- al Vilapene de Lugo, pasando por la Pedra do Carallo en Santa Leocadia de Arteixo, un menhir encastrado en una piedra que evoca un pene erecto. Cualquiera de estos destinos no sería el recomendable para una excursión de adolescentes de instituto en pleno despertar hormonal. Pero también la comarca arousana ofrece sus topónimos peculiares que pueden sonrojar a muchos. Este reportaje es una guía para descubrirlos.
Fotos: Iñaki Abella

LA AROUSA MÁS EXÓTICA

Recuerdo como en cierta ocasión un amigo le respondió a su interlocutora femenina, a quien no conocía de nada, que vivía en A Parrocha. La mujer se sonrojó visiblemente, no sabiendo si considerar aquello una ofensa o una broma de mal gusto. Pero nada más lejos de la realidad, y es que aquel vivía efectivamente en A Parrocha, barrio de Portonovo cuyo nombre no guarda relación alguna con una de las acepciones vulgares de los genitales femeninos, sino con las parrochas, xouvas pequeñas que son un pescado bien apreciado en Galicia, y que da nombre a este un pequeño barrio de una villa marinera de tradición pesquera como es Portonovo. Pero no sólo aquí, por cuanto Pontevedra o Vigo, con su Rúa da Parrocha, incluyen este nombre entre sus topónimos, u otra Parrocha podemos encontrarla en el interior de Galicia a medio camino entre Silleda y Monterroso.

Barrio de Cabeza de Boi en Armenteira
Amén de éste, la comarca de Arousa-O Salnés cuenta con una serie de topónimos, unos singulares y otros exóticos, que pueden provocar la hilaridad en más de uno. Como animal, el buey es uno de los recurrentes en la toponimia arousana, con Cabeza de Boi, barrio de Armenteira que, según los lugareños, debe su nombre al buey que poseía un vecino y cuyos servicios ofrecía para apareamiento de vacas. El topónimo puede resultar singular, pero más aún si usted se va a vivir a la parte opuesta de la cabeza de este animal, optando para ello por establecerse en Cu de Boi, enclave de Meaño ubicado dentro del barrio de Pereiras y que, aunque  pueda pasársele algún comentario fácil  por la mente, el lugar no tiene porque oler precisamente mal, máxime teniendo en cuenta que es enclave preciado de viñedos que alumbra dorada uva albariña.
Hablando de olores, si usted lo que desea es continuar este exótico itinerario aprovechando su presencia en Meaño, puede descubrir el lugar de A Cajallona, una explanada entre Meaño y Xil que hizo las veces de campo de fútbol en los años 40 y donde dieron sus primeras patadas algunos equipos de la zona en frenéticos derbis locales, pero que hoy está copado también de viñas. Y, dado que estamos metidos en medio de topónimos un tanto escatológicos, no podemos obviar el Campo das Cajallas, lugar éste ubicado, nada más y nada menos, que en el señorial barrio de Fefiñáns en Cambados, y en cuyas inmediaciones la villa acogía en tiempos pretéritos un mercado de ganado donde se vendían vacas, bueyes, carneros y hasta animales salvajes como el lobo cervado, cuando los mercados y ferias cambadesas de los siglos XVI y XVII.

Señal que indica el camino Rabo do Porco
Pero volviendo a los animales, de los cuales el cerdo el rey, si usted gusta de visitar un lugar vinculado al cochino, no dude en acercarse Rabo do Porco, barrio de Raxó en el concello de Sanxenxo, y cuyo nombre los lugareños portan con salero. Cierto que algunos refieren como hace anos años unas vecinas, recién llegadas e instaladas en preciados chalets construidos en la zona, intentaron gestiones en el concello de Sanxenxo para mudar aquel nombre que entendían denigrante, mas no encontraron apoyo de los vecinos que sentenciaban: “isto toda a vida foi Rabo do Porco, e o seguirá sendo, ao que non lle goste, que se vaia”.
Y si quiere no apartarse en nuestro peculiar ruta del gorrino puede visitar en Armenteira el barrio de Cuchín que evoca al cocho, acepción gallega del cerdo. Un Cuchín que precisamente debe su denominación a una antigua cochinera que existía en el lugar, y que hoy poblado con apenas con media docena… de casas.
Otras criaturas, que habitualmente provocan rechazo, pero que tienen también su reseña toponímica en Arousa, son O Piollo, zona del barrio cambadés de Santomé, o el propio Ratón, barrio meañés de la localidad de Cobas que linda ya con Barrantes y donde, pese al nombre, los roedores no pululan aquí más que en otras zonas mundanas. Y, si lo que pretende, es un animal en peligro extinción el monte de Forca da Loba en Meaño puede ser el destino elegido.

Señal que anuncia la entrada en el barrio de Ratón en Meaño
Si, en cambio, opta por decantarse por una  opción más otoñal y melancólica no dude en darse un paseo por el Camiño da Pena en Vilagarcía de Arousa. Y, si recorriendo la senda, se le escapa en gallego un “Ai” lastimero, lo mejor es desplazarse a la localidad de Nogueira para conocer el auténtico de Ai, barrio meisino enclavado de lleno en medio de un auténtico paraje rural.
Pero si lo que busca es una experiencia para, lo que coloquialmente, se entiende como flipar puede intentar descubrir la Tomada dos Porros, una zona de monte en Cobas (Meaño), cercano ya Ridadumia, donde lo que a buen seguro encontrará serán pujantes eucaliptos, pero nada de los conocidos pitos de marihuana con que uno puede uno relacionar el nombre.
En fin, Arousa ofrece también sus posibilidades  para este peculiar turismo exótico con una dosis de humor. Y, una última recomendación: si usted se atreve fuera de la comarca, aunque cerca para no gastarse mucho dinero, no dude visitar en Vilaboa el Con dos Caralletes. No, no piense en esas acepciones coloquiales de “carallete” que puedan venírsele a la cabeza, dado que este “carrallete”, en realidad, hace referencia al nombre con el que se conoce un tipo de navajas que tradicionalmente se marisqueaba. La piedra en cuestión era el lugar donde los mariscadores solían amarrar las embarcaciones cuando faenaban. Y es que la toponimia, en ocasiones caprichosa y coloquial, no para de sorprendernos. Diviértase.

domingo, 10 de diciembre de 2017

 O Xurxo...
 T. Hermida (relato)

Andar ás piñas... lembro que con sete ou oito anos, nos días de escola, este era un bo choio para gañar catro pesos. A miña prima e máis eu iamos ás piñas para siña Ofelia polo monte do Freixo arriba. Toda unha tarde para arrepañar tres sacos delas. Ó voltar dábanos un peso por saco e un bocadillo de chocolate a cada quen. Cando menos tiñamos para caramelos o domingo, ou para meter no peto se as nosas nais nos roían os miolos con aquelo de aforrar. Pero ben contentos que iamos.
O Xurxo tamén empezou andando ás piñas. Era moreno coma un chamizo. Tiña o pescozo curto, os ollos grandes e a boca algo torta. Os veciños dicían que lle quedara así dun ataque de meninxite cando era cativo. Pero era espabilado coma un raio.


O Xurxo non tiña pai. Morréralle ó pouco de nacer el. Nunca o lembrou. Por iso era para os da aldea “o fillo da viuva”. Seu avó saíra da casa unha noite, como quen vai a por celtas á taberna do Chasco, e nunca voltou. Disque marchou para as Américas.Os vellos da quinta contaban que voltara a facer vida en Venezuela, onde casara de segundas cunha mulata. “O que hai que ver -refunfuñaba siña Ofelia-, ese porco por alá adiante e a pobre da muller, velliña como é, aínda anda apoucada polas leiras. Non sei como ajuantou coa vida e con ese demo”.
O Xurxo deixou a escola ós doce anos. Eu penso que prefería andar ás piñas. Era tan bo nese choio que arrepañaba ata cinco sacos nunha tarde. Eso eran, polo menos, cinco pesos é, con sorte, un bocadillo de chocolate. E sentáballe coma Deus na barriga. ¡Estaba cheo de comer patacas fritas con cebola tódalas noites!

Don Eleuterio, "O Xuruxano", era un home moi ben visto na aldea. Lembro o seu bigote tan ben posto e o seu pelo negro peiteado para atrás e sempre brilante, “nin que llo lambera a pocha tódalas mañáns” soía dicir siña Ofelia. Polo demais era un tipo xa entrado en anos, alto e cunha boa barriga. Tiña un Mercedes, desos traídos de Alemaña, boa casa e sobrábanlle os cartos, ou cando menos así o comentaban na taberna -e alí sempre se enteran de todo-. Dime a miña nai que don Eleuterio deu quince mil pesos para refacer a capela de San Andrés, o que daquela era moitos cartos. Por eso lle puxeron unha placa de mármore na igrexiña, que aínda se conserva hoxe, e que rememora tan xeneroso xesto coa parroquia.
Don Eleuterio chegou un día pola porta do Xurxo ofrecéndolle traballo. “Vexo que tes bo lombo e sei que eres de fiar -díxolle-. Podo ter un bo choio para ti de cando en vez: por cada ocasión que veñas douche cen pesos na man, e se as cousas marchan e véxote con janas, aínda poderá caírche aljunha propiniña a fin de mes”.

E así empezou o Xurxo a descargar tabaco que traían dende o praia do Facho ata o monte do Freixo. E alí, por aqueles camiños polos que un día andivemos xuntos ás piñas, choiaba agora o Xurxo para Don Eleuterio.
¡Cen pesos por faena! Aquelo sí que eran cartos. ¡Menudo choio!. 
Don Eleuterio adiantoulle algúns pesos, e co que xa o Xurxo aforrara comprou unha mobilette encarnada. ¡Moi pancho andaba naqueles días!. Quería semellar un mozo feito e dereito diante das rapazas do noso tempo. Subíanse con el na moto e pasábanno a tope. Nós escachabámonos de risa cada vez que o aire lle levantaba as saias a unha delas. Penso que ás rapazas gustáballes máis a mobilette que o Xurxo.
A el dáballe por apretar o corno e correr coma un demo naqueles días de xullo Por primeira vez, montado na sua mobilette, dáballe velocidade á vida... Demasiada.
Catro días despois o Xurxo baixaba a tope pola estreita estrada da aldea, serpenteando entre os buracos do asfalto e tumbándose, como lle empezara a coller o gusto. Pero na curva da Bouzada abríuse damasiado e deuse de cheo contra o camión do Violo que subía pola costa. Fendeu a testa contra o remolque.
O Xurxo morreu no acto. Non levaba casco. Claro que, daquela, aínda Tráfico non poñía anuncios en televisión de que era obrigatorio levar casco. Claro que, os mortos na estrada da aldea non debían importarlle ós de arriba, e Tráfico aínda non publicaba estadísticas de mortos por non levar casco. O Xurxo non foi nin un número, lástima.
A verdade é que penso que non tivo sorte. Deulle moita velocidade á vida e non agardou a ver os anuncios do casco en televisión, nin a que Tráfico publicara estadísticas.

... Aínda non sei por que demo o Xurxo non seguíu andando ás piñas.        


oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo           
                     
NOTA: Relato escrito en 1995, baseado nun feito real, o dun amigo que con 16 anos finou de accidente de tráfico cando a coa súa mobilette encarnada petou contra un camión. Foron días moi duros de infancia.



sábado, 2 de diciembre de 2017

Aunque olvidado en cuanto a reseñas arqueológicas, el concello de Meaño ofrece hallazgos y potenciales yacimientos todavía no catalogados o excavados. Desde petroglifos a antiguos castros, junto con mámoas o un singular molde de fundición de la Edad de los Metales dejan su huella en este municipio enclavado en pleno corazón de O Salnés. Este reportaje pretende ser una guía para descubrirlos.

LA PREHISTORIA QUE DUERME EN MEAÑO 


Petroglifos de A Sobreira en la actualidad
Una de las muestras más reconocidas son los petroglifos de A Sobreira, un conjunto de grabados prehistóricos hallado en los años 80 por un escolar en el monte de Xil. Fue José Manuel Villar, entonces un chaval de 12 años que vivía en el barrio de Carballoso (Xil), quien descubrió algo más de media docena de grabados excelentemente conservados en una roca ubicada en la ladera de poniente del monte de A Sobreira. “Era una zona a la solía acudir con los perros siendo chaval -rememora hoy José Manuel Villar-, y fue una tarde que subí al monte con el objeto de realizar un dibujo para el colegio que, encaramado a la piedra, descubrí los grabados por casualidad. Los identifiqué porque precisamente estábamos dando esos días en clase el tema de la Prehistoria y hablábamos de petroglifos”. “Cuando llegué al colegio -continúa- lo compartí con el profesor Benito Orge y los compañeros de clase. Juntos hicimos entonces una salida al monte para conocerlos y pusimos luego el hallazgo en conocimiento del museo de Pontevedra. Para todos nosotros fue una alegría inmensa”.

Alumnos de Xil siluetean con tiza los petrogligos de A Sobreira en los años 80
José Manuel Villar reconoce que la roca de gran tamaño “era entonces muy visible porque apenas existía arbolado en esa zona de monte, pero ahora está todo ello poblado de eucaliptos y encontrar la piedra no es ahora tarea fácil, ni para mí”. Afincado en Raxó este meañés lamenta que la zona no esté señalizada: “es una pena -afirma- que la gente no conozca este hallazgo, si bien en ocasiones no sé si es mejor así a fin de evitar que sufra algún daño”.
No son los únicos petroglifos hallados en el municipio meañés, pero sí los mejor conservados. Y es que entre el monte de Meaño y Xil, a la altura del lugar de Campos, aparecieron otros en unas rocas inmediatas a la autovía de O Salnés. Algunos testimonios afirman que “se descubrieron en parte cuando se construyó la autovía, pero se echó tierra sobre el asunto para no tener que variar el trazado de la infraestructura, y aquella obras se llevaron algunos de los mejores grabados”.

Alumnos de Xil del colegio de Coirón en los años 80 sobre la piedra del monte de A Sobreira cuando descubrieron los petroglifos

Castros
Amén de estos dos hallazgos, existen indicios en el municipio de Meaño de la presencia, cuando menos, de dos antiguos castros, uno en la cima del monte San Cibrán en Cobas y otro en Dena, en el lugar cuyo toponímico reza precisamente con el nombre de O Castro.
San Cibrán es un montículo que se eleva 209 metros sobre el nivel del mar y en él convergen los concellos de Meaño y Ribadumia. Desde su cima, enclavada en la parte meañesa, se divisan algunas de las panorámicas más bellas de la comarca arousana. El último tramo, más escarpado, lo convierten en una zona de fácil defensa, idónea para el enclave de un castro. Las leyendas que versan sobre el montículo no hacen sino refrendar la teoría.

El monte de San Cibrán algerga un castro en su cima
Una expedición de escolares, con el maestro Benito Orge en los años 80, halló vestigios de aquel castro. “Recuerdo que fuimos al monte provistos de unas azadas -rememora Benito Orge- en lo que era un salida didáctica. Una vez en la cumbre, donde existe una pequeña explanada coronada hoy por el cruceiro de Francisco Pazos, retiramos la capa superficial del tierra con las azadas y a poco que sachamos hallamos ya el perímetro circular en piedra de varias viviendas”. Sobre el papel, el poblado ofrecería tres muros concéntricos, uno exterior y dos interiores. Los ancianos de Cobas recuerdan como sus ancestros bajaron carros de piedra de aquellos viejos muros de San Cibrán para construir viviendas y alpendre abajo en la aldea. Ancianos que, además, atestiguan la aparición de restos de conchas de marisco bajo aquel suelo. Pese a las evidencias, ninguna administración se ha avenido a promover prospección arqueológica alguna en el monte para la puesta en valor del enclave.    
Un monte de San Cibrán sobre el que circulan antiguas leyendas vinculadas precisamente a los castros, transmitidas de forma oral de una a otra generación. Entre ellas, la de la “trabe de ouro” mito según el cual existía una “trabe” a modo de viga de oro subterránea que unía castros o lugares emblemáticos, fabulación que aludía a fastuosos tesoros escondidos. Preguntado en 2015 el vecino de Cobas, Nicanor Riveiro, daba fe del dicho escuchado a sus ancestros: “desde Monte Lobeira a San Cibrán -afirmaba-, pasando polos Aforcados (monte de) hai unha cadea de ouro que vale sete reinados”. El dicho mentaba la supuesta viga o cadena de oro oculta bajo tierra, versión del mito de la “trabe” de oro de los castros en el noroeste peninsular. Incluso, confiados en la leyenda, algunos vecinos de Cobas, provistos de pico y pala, cavaron en los años 30 del siglo pasado durante días el monte en busca de aquel fastuoso tesoro que nunca apareció.

Molino prehistórico hallado en el monte de Dena reconvertido en improvisado macetero
En el barrio de O Castro en Dena existen también indicios de un antiguo castro. Se ubicaría en una ladera pronunciada que mira a poniente, con la ría al fondo. En la parte baja de dicha ladera se construyó en los años 90 el nuevo cementerio “O Pombal” de Dena. Vecinos de esta localidad atestiguan que durante la excavación afloraron indicios del supuesto castro que fueron silenciados en aras a poder proseguir con la construcción del camposanto. Entre las piezas halladas, se constata la aparición de alguna hacha, e incluso un molino de piedra que, a modo de tesoro, acabó en la vivienda de uno de los vecinos.
Amén de los citados, Meaño cuenta con dos enclaves más, propicios para la existencia de antiguas castros. Uno a caballo entre las localidades de Nantes y Lores (“O Castro” de Nantes), y otro en la zona de Outeiro, un promontorio escarpado con caída hacia poniente también en la localidad de Cobas.

Molde de función para hachas
Molde para fundición hallado en el monte de O Castro en Dena
Fue precisamente en la ladera del monte de O Castro, pero hacia el mediodía, que apareció la mejor pieza de todas cuantas se hallaron en Meaño: un molde de fundición de hachas, esta sí catalogada a mediados de los años 90 por la investigadora del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago, la vilagarciana Beatriz Comendador. La pieza en cuestión fue hallada por un viticultor que, a inicios de los 70, se afanaba en cavar un agujero en la era de su casa en O Castro con el objeto de colocar el estribo en un poste para el alambrado de su viñedo. La pieza hallada pasó a manos de José Sineiro, un convecino de Dena aficionado a las antigüedades, quien la puso en conocimiento de la Universidad de Santiago.
La importancia de la pieza estriba en la escasez de hallazgos relativos al proceso de producción metalúrgico en Galicia. Se trata de un molde para fundir hachas en sus dos caras, con forma navicular, y  una longitud máxima de 35 centímetros de largo por 18 de ancho, y un máximo de 7 centímetros de altura. En su base curva posee también un molde menor, de 75 por 55 milímetros, de peor factura. Es una pieza singular, elaborada en granito de dos micas, de textura equigranular de grano fino y que tiene propiedades refractarias. Los expertos apuntan que, posiblemente, el molde tuviera una tapa de cierre que permitiría utilizarlo posición vertical aunque, probablemente, nunca se llegó a usar.

Otra imagen del singular molde de fundición
La peculiaridad del hallazgo de un molde en granito viene dada por cuanto solía emplearse como materia prima para este fin piedra caliza o arenisca, que son menos porosas, pero en este caso se tiró de un recurso local abundante como es el granito. Los investigadores concluyeron que por su tipología, el molde puede datarse en la transición del III a II milenio a. C.
Otros dos hallazgos, probablemente de época neolítica, fueron encontrados hace años por el escultor Francisco Pazos en la finca donde se asienta su casa-taller. en Cobas. Se trataba de una hacha de piedra, de unos 17 centímetros de longitud, más otra pieza que era un afilador de piedra. “Cuando trabajaba en la Escola de Canteiros de Poio -rememora el propio Francisco Pazos- se las dejé a un profesor que las iba a presentar en el Museo de Pontevedra,  pero, avatares de la vida, las piezas no volvieron nunca a mis manos y, que yo sepa, tampoco acabaron en el Museo”.

Mámoas
Mámoas en la parte de atrás de las bodegas de Paco&Lola
Meaño alberga además varias mámoas. De ellas han sido catalogadas las de la finca de A Balada, ubicadas al pie del monte Penaguda en la parte de Xil, dentro del solar que hoy es propiedad de las bodegas Paco&Lola, y que la propia firma señalizó hace una década en aras a su conservación y puesta en valor. Se trata, en realidad, de tres túmulos, si bien una tercera fue destruida parcialmente en el pasado cuando se construyó  un vial en la zona. También en la parte alta del monte de Lores, en el límite con Sanxenxo, se concluye, en base al perfil del terreno, la existencia, cuando menos, de dos mámoas más.


ASÍ SON LOS PETROGLIFOS DE A SOBREIRA... SILUETEADOS EN LOS AÑOS 80