sábado, 5 de noviembre de 2016

El Pazo de Lis en Meaño alberga la vieja colección de periódicos del que fuera cura párroco de Meaño, Desiderio Dovalo Méndez, convertida hoy en una hemeroteca con más de 12.000 diarios que el párroco había ido almacenando a lo largo de su vida (1898-1990). La misma conserva ejemplares desde 1925 hasta sus últimos años, en su mayoría de FARO DE VIGO, periódico del que era un ferviente lector. Pero no sólo diarios, sino también otras publicaciones adornan esta joya cultural que acaba de cumplir los 25 años de vida. Entre ellas una inédita colección de boletines de la embajada alemana en Madrid en tiempos de la II Guerra Mundial, adquirida en su día por el párroco, sin duda un aliciente sin par para la investigación histórica.

25 AÑOS DE OLVIDO DE LA
HEMEROTECA DE MEAÑO


Un visitante consulta la hemeroteca de Meaño
“Embajada alemana en Madrid. Boletín de Información. EXCLUSIVO PARA AUTORIDADES. No destinado a prensa ni a particulares”. Así reza en el membrete que encabeza cada uno de los 137 boletines que se conservan en esta hemeroteca meañesa del Pazo de Lis, editados entre el 21 de octubre de 1940 (boletín nº 70, que es el primero de la colección) y el 25 de junio de 1943 (nº 368).Se trata de una publicación interna de la embajada alemana, con tipología de máquina de escribir, editada sin regularidad temporal -oscilaba entre los dos y los quince días-, y con un número de hojas variable, entre dos y once. En ellas se hacía eco de los comentarios internos de los círculos de Berlín, se aportaba información detallada sobre la evolución de la guerra y las relaciones internacionales, siempre desde el prisma de la perspectiva del III Reich, y se contribuía de paso a la difusión de la propaganda nazi con el objetivo de mantener alta la moral de las autoridades durante el conflicto armado.El primero de los ejemplares conservados en la colección data del 21 de octubre de 1940, cuando había transcurrido algo más de trece meses del inicio de la II Guerra Mundial. En él, bajo el titular “la ley del embudo”, las autoridades alemanas denuncian el colonialismo norteamericano en América: “cuando se trata de hacer nuevas adquisiciones políticas y militares -empezaba afirmando el artículo- en el hemisferio Occidental (…) es uno sólo el que hereda por todos, a saber, Norteamérica” (…), pero cuando se derivan consecuencias, entonces son los 21 estados americanos los que tienen que pagar los vidrios rotos”. Este primer número se completa con un segundo artículo sobre “Alemania y la religión”.

Boletines de la Embajada alemana en Madrid que se conservan en esta hemeroteca
A lo largo de los 137 boletines conservados se abordan temas como la ruptura de las relaciones soviético-polacas, los ataques aéreos británicos sobre Alemania, la guerra en el mar (“el pretendido dominio de los mares por parte de la flota británica no es más que una ilusión”, refiere uno de los ejemplares a partir de declaraciones Lord Chatfield, experto oficial de la marina británica), el ocaso del que se define como “antiguo sistema económico de Europa”, la visita de Molotov a Berlín “con el objeto de robustecer la estrecha relación por parte de Rusia y Alemania”, la muerte de Chamberlain, las conversaciones germano rusas (boletín del 20-11-1940), o las de Salzburgo entre el Fürher y los ministros de asuntos exteriores de España e Italia más el rey de Bulgaria (boletín nº 82, del 22-10-1940), “el hambre como arma de guerra” (nº 131 del 10-04 1941) o “el Santo Padre y la cruzada anticomunista” (nº 160 del 02-06-1941).

La División Azul
La alcaldesa Lourdes Ucha ante un ejemplar de los boletines alemanes
Mención especial merece el boletín dedicado a la División Azul (nº 195 del 13-10-1941), el que fuera ejército de voluntarios españoles afines al régimen que, al mando del capitán general Muñoz Grandes, luchó en el frente oriental al lado de las tropas del III Reich, con peso en el sitio de Stalingrado. Una división que la propaganda nazi egregia en dicho número: “tropa ideológica -se afirma en él sobre los soldados que la integraban-, selecta, de un valor mil veces demostrado, cada uno de cualidades extraordinarias, de fogoso brío y poseído de la voluntad del triunfo de una sana juventud”.
El boletín del 16 de octubre de 1942 trata de mantener alta la moral del Eje justo cuando el curso de la guerra empieza a girar en el frente soviético, titulando por entonces “las tropas alemanas conservan la iniciativa”, cuando Stalin había dado ese verano la orden “ni un paso atrás” y el ejército nazi mascaba el principio del fin en Stalingrado. El comportamiento de los soldados alemanes en esta ciudad era ensalzado en la publicación que a 28 de enero de 1943 (nº 331), justo cinco días antes de la rendición del general Paulus ante los soviéticos y, bajo el titular “La epopeya de Stalingrado”, comparaba la resistencia germana en Stalingrado “con la de los espartanos en el paso de las Termópilas”.
El 26 de febrero de 1943 (boletín número 339), ante la perspectiva de un desembarco aliado en el continente europeo -en enero Churchill y Roosevelt hablaban en Casablanca sobre el desembarco en Sicilia-, el boletín trataba de imbuir un mensaje de tranquilidad a sus autoridades en España, refiriendo sobre el particular que “El Eje espera los posibles acontecimientos con la más absoluta tranquilidad”.

Portada de Faro de Vigo el 27 de julio de 1936 sobre el golpe de estado que acaba en la Guerra Divil

Polifacética
Pero la colección del párroco Desiderio Dovalo va mucho más allá. El sacerdote fue acumulando los periódicos que leyó durante toda su vida de sacerdocio, desde que ejerció en 1921, primero en la parroquia marinense de Mogor y, a partir de 1931, en Meaño durante casi seis décadas. Aunque la mayoría eran ejemplares de FARO DE VIGO (8.466 números), que fue su diario de cabecera y al que estuvo suscrito toda una vida, no faltan en la colección números sueltos del ABC entre 1928 y 1978, el antiguo “La Razón”, “El Español” (1942-46), “La Voz de España (años 30), “Así es” (1943-45), “Ya” (1936-85), “Arriba” (1936-63), “Dígame”, “La Estafeta Literaria”, “El Pensamiento Navarro”, “La Verdad” o el portugués “Diario da manhá”. Desiderio Dovalo completaba su colección con algunos comics junto con ejemplares de “La Codorniz”, la que fuera mítica revista satírica en tiempos del régimen.
Reseña especial para dos periódicos más. De una parte el “Diario de Galicia” la publicación más antigua de la colección y del que se conservan unos 700 ejemplares entre los años 1925 y 1927. Se trata de un diario de cuatro páginas de gran tamaño que tenía la peculiaridad de que abría a la inversa, esto es, la portada estaba en lo que hoy entendemos como contraportada al uso. Y de otra, “El Debate”, diario católico-conservador desaparecido en 1936 y del que la hemeroteca meañesa conserva 600 ejemplares. En principio éstos, tras la muerte del párroco, estuvieron unos años en posesión del entonces cura párroco de Dena, José Soneira, a modo de recuerdo del que fuera compañero suyo y al que en su última etapa ayudara en su parroquia de Meaño, si bien en febrero de 1997, cuando Soneira Lema abandonó Dena al ser nombrado vicario, legó los ejemplares de “El Debate” a la hemeroteca municipal.

Portada del Faro de Vigo dos días depués del golpe de Estado de 1936

Salvados de las llamas
Desiderio Dovalo tenía la ilusión de vivir en los tres siglos. Le faltaron apenas unos años para ello. Ávido lector, durante su vida fue almacenando sobre el suelo de una habitación de la rectoral cada periódico que leía y, de hecho, algunos conservan aún en su interior reseña de su puño y letra, escrita a lápiz, que precisaba que artículo le quedaba pendiente de lectura.

Labor de ordenado de los periódicos, imagen de 1991
Cuando falleció en el 26 de diciembre de 1990 la familia se encontró con los diarios en el momento de vaciar los enseres personales del clérigo de la vieja rectoral. En principio habían decidido destinarlos al fuego, pero la asociación cultural y deportiva GAM, alertada por el sobrino del párroco, Pablo Dovalo, emprendió la acción salvadora. Durante una matinal de aquellas vacaciones navideñas, valiéndose del remolque de un motocultor, el puñado de jóvenes que integraban el colectivo, trasladaron los periódicos al local social de la asociación ubicado entonces en la planta baja del consistorio. Luego, durante meses, pusieron tiempo y dedicación para limpiar de polvo cada uno de los ejemplares, clasificarlos y atarlos en fajos etiquetados protegidos por tapas de cartón piedra.
Completada la labor, la colección fue ofrecida al concello, presidido entonces por Germán Rodiño, con la condición convertir una pequeña estancia de la entonces biblioteca municipal, ubicada en la casa de cultura de Meaño, en hemeroteca que llevara el nombre del párroco. A aquella inauguración acudiera el Hipólito de Sá, experto el arte románico y que entablara en su día amistad con el párroco finado, más el secretario del Museo de Pontevedra, José Fuentes, quien mostrara su asombro por tamaña colección que calificó como “de las más completas de Galicia”.

El cura Desiderio Dovalo con su familia en Meaño en una imagen de los años 60
La hemeroteca recibiría con posterioridad otros fondos. Entre ellos destacar la colección  colección completa -1.981 números-, de la revista “La Gaceta Ilustrada”, editada entre 1960 y 1982, más otra de 726 ejemplares de la revista “Cambio 16”, entre 1982 y 1996, que incluye, a mayores, números sueltos de los 70 en edición facsímil, censurados en su día, como el de la muerte de Franco en noviembre de 1975. Ambas colecciones, gestionadas también por la asociación GAM, fueron donadas a mediados de los 90 por el vigués, residente en Areas, Nilo Fernández Cabaleiro. Una tercera donación fueron de 124 revistas de “El País Semanal” entre los años 1995 y 1997 aportadas por la vecina de Padrenda, Mª Eugenia García.

Estatuilla de Guada
Aquella sala, presidida por una estatuilla del párroco -esculpida por la artista meañesa Guadalupe Martínez “Guada”- llevó el nombre del clérigo durante años. Pero a mediados de la última década la hemeroteca original -de la que al final, lamentablemente, se acabaron desechando algunos fondos- se trasladó al Pazo de Lis donde, desde entonces, dormita en una sala en que ya nada recuerda al clérigo, ni aquella estatuilla que hoy apenas sí da lustre a una pared blanca de la planta alta del consistorio meañés. Eso sí, una iniciativa de la asociación GAM logró que en 1998 el concello otorgara el nombre de Desiderio Dovalo a la calle que lleva hasta la iglesia parroquial. Un gesto para un legado.




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