sábado, 24 de enero de 2015

LOS CALLOS REINAN EN LA GÉLIDA NOCHE DEL SAN AMARO DE MEAÑO

NOTA: Durante esta semana (do 24 ao 31 de xaneiro) podes ver una ampla 
selección de fotos de San Amaro na pestaña "Meañoleando"

Oh! Miragre do santo! Observa as fotos, fíxate nas camisetas dos organizadores e descubriralo:
Antes do miragre...

... E despois. Pero que costa? Se sempre foi San Amaro, ou non?
(Ata o párroco mudou de cara co "cambiazo")
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El párroco José Manuel Taibo ofici de cicerone y sirvió los callos
Ni la gélida noche ni la lluvia disuadieron al centenar de vecinos asiduos al San Amaro meañés que el sábado 17 se congregaron en el recinto de la pequeña ermita para, como manda la tradición, dar cuenta de la tradicional degustación de callos que la organización sirve de manera gratuita entre los presentes. Esta vez estuvo precedida de otra degustación de empanada que empezada a dispensarse a las 22,30 horas mientras sonaba la música del dúo “Marema”. Eso sí, como es costumbre en esta peculiar fiesta de invierno meañesa, cuando entraron las dos grandes ollas de callos la música cesó para iniciar una degustación a la que se sumaron todos los presentes, músicos incluidos. Y es que el San Amaro meañés aúna a todos.

Isidoro Fontán dirigió un años más las tradiconales "poxas"
Previamente al mediodía se había celebrado una misa en honor al santo tras la cual tuvo lugar una segunda tanda de “poxas” -la primera se celebrara al jueves, jornada propia de San Amaro- con las dádivas ofrecidas al santo. Más fría que en otras ediciones, la subasta discurrió rápida, sin apenas piques en las pujas y con precios ya atinados a las primeras de cambio. Entre las ofrendas subastadas, cuatro gallos de corral, el mejor de los cuales se adjudicó por 25 euros, precio módico si lo comparamos con los 10 euros en que se cerró una caja de espigas de maíz u otros 10 de una bolsa de naranjas. Pero estando en Meaño el albariño fue una vez más el rey de las "poxas", con una veintena de botellas, algunas de prestigiosas marcas, se que fueron subastando en estuches.

María Morgado y Manolo "Vila" dando buena cuenta de las generosas raciones
Por la noche la peculiar verbena mantuvo las pautas que dan éxito año tras año a esta fiesta: comenzaba a última hora de la tarde, con un dúo musical que, ya conocedor del espíritu del evento, interactúa con el público, mientras la comisión, liderada por el cura párroco José Manuel Taibo, sirve, ente coña y coña, degustaciones gastronómicas entre los presentes. Cuestión obligada por parte de estos, una vez degustados los preciados callos, la crítica culinaria sobre el calórico plato que durante el día se cocinaba a fuego lento en los fogones del restaurante meañés “Casa Rodiño”, críticas que esta edición resultaron por unanimidad positivas, tanto que muchos se animaron a repetir la ración -pese a tratarse de la cena- en dos y hasta en tres ocasiones. Y es que ni salados, ni picantes, ni fuertes, esta vez todos los comensales coincidían en que los callos estaban “en el punto justo, sabrosos y con su pizca de gracia”.

Una queimada coronó la noche al filo de la hora bruja
Para completar la improvisada cena, regada con vino tinto país y refrescos, se sirvieron los postres a base de roscón y galletas de chocolate, coronado todo ello al filo de la medianoche con una gran queimada elaborada in situ para acabar de animar los espíritus más fríos. El baile, las bromas y el buen humor, receta obligada en cada fiesta del San Amaro meañés, siguió presidiendo el recinto durante un par de horas más Acogedora, familiar, "enxebre", así es esta tradicional fiesta de aldea que se ha ganado el corazón de la gente. Desafiar al frío y la lluvia ha valido un año más la pena.

NOTA: Durante esta semana (do 24 ao 31 de xaneiro) podes ver una ampla 
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