sábado, 27 de abril de 2013

EDUARDO CAMIÑA UCHA
Sumiller meañés finalista de "La Nariz de Oro 2013"

Como cualquier meañés Eduardo Camiña Ucha se crió entre viñas. Ahora este joven de Simes, que trabajó en restaurantes como “Pepe Vieira” o “Casa Solla” y que lo hace ahora en el “Abastos 2.0” de Santiago, acaba de ser elegido como uno de los once finalistas gallegos para la Nariz de Oro 2013. En total serán los 73 sumilleres de toda España los se darán cita en Madrid los días 14 y 15 de junio en esta final que designa al mejor sumiller español del año. La particularidad de este meañés es su juventud puesto que, con tan sólo 21 años, es uno de los finalistas más jóvenes del certamen lo que apunta su potencial en el mundo de sumillería. 


“CREO QUE LOS VINOS GALLEGOS SE VALORAN MÁS EN EL RESTO DE ESPAÑA”

Eduardo Camiña, finalista de "La Nariz de Oro" 2013
   -  ¿21 años no es una edad temprana para ser  finalista de la Nariz de Oro?
    -  Sí, he llegado lo que se dice pronto porque la edad media de los sumilleres que llegan a esa final es de 35 o 40 años, que es cuando se está en pleno apogeo.
    -  Y cuando el cliente del “Abastos 2.0”, que es donde usted trabaja en Santiago, requiere de los servicios del sumiller y se les pone delante un chaval de 21 años para aconsejarle en vinos ¿no recelan un tanto?
    -      Reconozco que al principio a los clientes que no me conocen sí les sorprende, pero luego cuando les hablas y ven que realmente conoces este mundo sí se dejan aconsejar.
     -    Generalmente asociamos el sumiller al mundo del vino, pero no sólo es ese campo el suyo ¿no?
    -   No, el sumiller es experto no sólo en vinos, sino también en licores y todo tipo de bebidas, alcohólicas o no, incluso aguas, como también en puros, quesos… y todo lo que conlleva el mundo de la sobremesa.
-       ¿Cómo surge en usted la pasión por este mundo?
-       Desde pequeño en casa se vivía el mundo de la viticultura y del vino, y supongo que eso influyó en que, cuando me decanté por hacer un ciclo de servicios de restauración en el instituto Carlos Oroza de Pontevedra, me cautivara un módulo de sumillería que impartía en él. Luego, por casualidad en el restaurante “Pepe Vieira” conocí a Xoan Canas, quien fue Nariz de Oro de España en 2004. Cuando le hablé de mis inquietudes se brindó a apoyarme, me dejó material, libros… De su mano empecé a conocer los vinos de Galicia, Francia, Alemania… incluso acabé trabajando en “Pepe Vieira” un verano. Tras finalizar mi módulo hice las prácticas en “Casa Solla” en Poio, y de la mano de Pepe Solla, que no sólo es gran cocinero sino también gran conocedor de vinos, me seguí formando, hasta el punto de que tras las prácticas trabajé unos meses con él. Hubo más gente que me ayudó como Rodrigo Méndez en Meaño que desde su bodega me abrió el mundo de sus tintos Rías Baixas…
-       ¿Cuál es la norma básica de un buen sumiller?
-       Yo creo que hablar con el cliente, conocer sus gustos y, en función de ellos, ayudarles a escoger un vino, un licor… que le enganche y que haga de esa comida o esa velada algo especial.
-       ¿La gente se deja aconsejar cada vez más al sumiller?
-       Depende de donde trabaje uno, pero aquellas personas que acuden a un local que dispone de un sumiller sí suelen requerir su servicio, quieren escuchar su consejo.
-       ¿Cómo es esa final de la Nariz de Oro en Madrid?
-       Será los días 14 y 15 de junio. En ella habrá dos tipos de pruebas. En una se catan cuatro vinos diferentes, pero de la misma zona, denominación, variedad y año. Luego sales durante unos diez minutos, tras los cuales regresas a la sala y te dan a catar uno de esos cuatro vinos en copa negra: tú tienes que identificarlo, saber su denominación, la variedad, el año… todo y exponerlo. Luego también se realiza una prueba teórica con 29 preguntas a través de las que debes demostrar tus conocimientos sobre el mundo del vino y la sumillería.
-       En el certamen no sólo se elige al mejor sumiller de España sino también se premian vinos ¿no?
-       Sí, se hace una cata con unos 300 vinos y se eligen los mejores. Luego los premiados en cada categoría incorporan una etiqueta negra que acredita su premio en la Nariz de Oro.
-       ¿Y cuál es su ilusión cara al certamen y el futuro?
-       Mi ilusión es continuar formándome, si bien para seguir estudiando en este campo ahora hay que ir a Madrid o al extranjero, y eso no lo tengo todavía claro. También está el viajar para seguir conociendo este mundo… La final de Madrid es una buena opción para todo esto, para mí además es un reconocimiento al trabajo y el estudio de estos años. ¿Cara al futuro?... Poder transmitir mis conocimientos desde un local, organizar catas…

El joven sumiller meañés, a las puertas de "Abastos 2-0", su local de trabajo en la zona vieja de Santiago


- Hablando de vinos ¿cuál es la denominación de origen gallega que más le ha sorprendido en los últimos años?
-       Los Rías Baixas siempre han sido el bom en España, pero en los últimos años se elaborando caldos espléndidos en la Ribeira Sacra, incluso en Ribeiro, con bodegueros que trabajan mucho con variedades autóctonas que están dando grandes resultados. Creo que lo que nos ocurre en Galicia es que no valoramos nuestros vinos, pienso que se valoran más en el resto de España. En Galicia tenemos el 60 por ciento de las variedades españolas, y una gama tan amplia permite obtener vinos muy diferentes y de mucha calidad.
-     ¿Y qué me diría de los Rías Baixas tintos por los que empiezan a apostar algunas bodegas?
-       Que están siendo muy reconocidos internacionalmente y encontrando una excelente acogida en el exterior. No son esos vinos secos, sino frescos, vivos, con acidez, propios de zona de mar, y eso es algo diferente que no tienen el resto.
-       ¿El vino bueno siempre en caro?
-       No, necesariamente. Por debajo de 10 euros se pueden encontrar en el mercado vinos ya muy buenos. En el mundo del vino, como en otras cosas, el precio no lo es todo.
-       Bueno, la prestigiosa guía Parker ya puntuó hace un par de años el valdeorras gallego “Rúa” con más de 90 puntos y eso que en el mercado no llegaba a los dos euros.
-       Sí, pero se supo después que eso fue un error, no sé si de la bodega o de los responsables de la guía en sí, pero al parecer se produjo una confusión con dos vinos que elabora la misma bodega y, de hecho, ya pidieron perdón por ello. Pero desde luego que el error supuso un tirón para ese vino hasta el punto de que su demanda aumentó una barbaridad e incluso incrementó su precio. Eso afecta a la gente que está muy influida por este tipo de publicaciones, que no siempre son absolutas.
-    Hablemos de Meaño. Mójese y recomiéndeme un buen vino elaborado aquí, en tierras meañesas, a ser posible un blanco y un tinto, pero que se muevan en una buena relación calidad-precio, que con la que está cayendo no está el bolsillo para excesos.
-       En un tinto me quedaría con un “Bastión de Luna”, que elabora la bodega Forxas do Salnés de Rodrigo   Méndez. Es un Rías Baixas tinto que mezcla caíño, espadeiro y loureiro, y que resulta un vino fresco muy interesante. ¿Un blanco? Me quedaría con “Leirana Finca Genoveva”, un Rías Baixas cien por cien albariño que elabora la misma bodega. Ahora, si hablamos de relación calidad precio me quedo con el “Bastión de Luna”.
 
El "Goliardo" espadeiro de Forxas do Salnés
del que habla el sumiller
-   Usted, que ha trabajado en restaurantes como “Pepe Vieira” o “Casa Solla”, y que lo hace ahora en el “Abastos 2.0” en Santiago ¿qué vinos meañeses demanda el cliente?
-    Lo que más piden de Meaño son los albariños “Leirana” y “Albariño do Ferreiro”, éste último del bodeguero Gerardo Méndez, y en tintos se está demandando mucho el “Goliardo” de Forxas do Salnés, tanto en su variedad caíño, como espadeiro o loureiro. Todos son buenos vinos, si acaso el “Albariño do Ferreiro” es más caro y por ello menos accesible a cualquier bolsillo.
-      Después de haber estudiado tanto, de conocer mucho el mundillo del vino, ¿qué consejo daría a un bodeguero meañés de albariño para obtener un buen caldo?
-       Para conseguir un buen vino es más importante la uva que la bodega. Por tanto mi consejo sería cuidar mucho el viñedo,  la tierra, la naturaleza en el entorno de la cepa, para obtener así una buena materia prima. Yo apostaría también por tratar de conseguir los vinos albariños de siempre, con uvas pisadas con los pies como antes, albariños frescos que pudieran aguantarse tiempo.
-       ¿Se ven en la restauración los llamados “vinos de autor” que son los albariños que elaboran los bodegueros meañeses de la asociación de Bodegas Artesanas Rías Baixas?
-       No, se ven muy poco, y eso que creo que hacen un buen trabajo. Yo les animaría, como decía antes, a apostar por el albariño que siempre se hizo en cada casa, no dejarse llevar por la norma y luchar por su vino. En esto del vino en cada casa nuestra de Meaño existe una historia de mucho trabajo en la que, aún sin grandes medios y sin mucha tecnología, se han elaborado buenos albariños al alcance de todos, y eso resulta admirable.

Para finalizar, y antes de cerrar nuestro particular Ventanuco, evocamos un virtual último vino escuchando esta canción de Alberto Cortez...








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